Hoy no es un desafío, hoy no es el último día de tu vida.
Hoy, no pondrás mirada perdida ante el monitor deseando estar en cama o cancelaras planes.
Hoy, no eres tus conflictos internos, tu lastre, ni tus ancestros.
Hoy, dejas a un lado tu autoconservación.
Así que mañana, cuando te levantes de la cama, hazlo con la inquebrantable determinación del Ave Fénix, sabiendo que hoy es parte del pasado y que no estás atado a los errores de ayer. Mantente firme, infatigable ante el sonido de la duda que pudiera rodearte. Sigue adelante con la sabiduría de tus experiencias, entendiendo que cada esfuerzo te ha convertido en un sabio.
Pero, sobre todo, recuerda que eres humano. Mientras que otros escogerán mirar hacia el otro lado, tú no. Enfrentarás tus miedos, confrontarás a tus enemigos y caminarás con Dios. Cada paso que tomes será un testimonio a tu destino y una declaración de tu existencia.
Hoy te levantarás de dos pies y mañana ganarás.
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